"Se pasaba las horas muertas encerrada en ese estudio, que siempre olía a acuarela y pinceles desgastados. Los ojos ni siquiera le pestañeaban a la hora de exprimir uno de esos tubitos llenos de color... pero entonces se dio cuenta. No existia. Ese color que le llenaba las pupilas no era real: en la vida las cosas son o malas o buenas; o blancas... o negras."
sábado, 1 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario